Queen es, sin lugar a dudas, una de las bandas más populares e importantes de la historia del rock, aunque es cierto que muchos dirían que restringir toda su música a ese estilo es perder parte de la esencia del grupo. Queen se atrevió en su momento a mezclar diferentes géneros musicales de una manera loca y extravagante, como a nadie más se le había ocurrido hasta ese momento. Lo tenían todo para que la cosa saliera mal, pero ellos estaban ahí para hacer historia y demostrar que el arte está por encima de cualquier moda. Gracias a la creatividad de sus cuatro miembros, a su virtuosismo como músicos pero también como compositores, la banda nos ha dejado un legado absolutamente impresionante con un gran puñado de temas que son inolvidables.
Es casi imposible, por ejemplo, ver la final de alguna competición deportiva sin escuchar el clásico We Are The Champions, una canción que se ha convertido en un himno oficioso de cualquier victoria. La emotiva y desatada Bohemian Rhapsody, considerada por muchos como la mejor canción de la historia, sirvió para demostrar al mundo entero que Queen era capaz de hacer cosas increíbles, que ningún otro grupo podía llegar a imaginar. Lo mismo te hablaban sobre la historia de un condenado a muerte, incluyendo cánticos a dioses chamánicos, que grababan un videoclip donde todos se travestían para gritar contra las injusticias y las discriminaciones, buscando ser completamente libres. I Want To Break Free se ha convertido también en un himno por la libertad y por la diversidad, y la canción ya tuvo mucho eco en su momento, especialmente gracias al vídeo que grabaron para ella, un desvergonzado corto que trascendió casi más que la propia canción.
De qué nos habla la canción
El tema, al contrario de lo que muchos piensan, no está escrito por Freddie Mercury, sino por el bajista de la banda, John Deacon. Se trata de una canción con elementos electrónicos, pero también con un deje blues y rockero en su propia concepción, en la armonía y en la progresión de acordes. El título, como el estribillo, habla sobre liberarse, y se entiende que es sobre dejar atrás los prejuicioso luchar contra el qué dirán de la gente, haciendo lo que queremos, sin pensar en nada más. La canción es un alegato por la libertad, y no solo sexual, como se podría pensar, sino de cualquier otro tipo, para poder disfrutar de esa parcela nuestra en la que nadie nos debe decir cómo debemos ser o cómo debemos comportarnos.
El videoclip de Queen
La canción fue editada en 1984, como tercer single del disco The Works. Para lanzarla, y como estaban tan de moda en aquellos tiempos, la banda decidió realizar un videoclip bastante alejado de lo que nos tenían acostumbrados. La idea partió del batería Roger Taylor, que sugirió hacer una parodia de la famosa telenovela británica Coronation Street, disfrazando a todo el grupo de mujeres, para dar una imagen tremendamente kitsch. Freddie escogió el papel de ama de casa que limpiaba con su aspiradora, generando una imagen que se volvió icónica desde ese mismo instante, una de las más recordadas del cantante. May, por su parte, también hacía el papel de un ama de casa, aunque más relajada. Deacon se disfrazaba de abuela conservadora, mirando mal a los demás, y por último Taylor aparecía como una colegiala.
El videoclip mostraba primero al grupo en esa parodia, para luego combinarla con imágenes en un escenario oscuro, ya sin disfraces, rodeados de un grupo de ballet que lleva a cabo una fastuosa coreografía. El videoclip estaba maravillosamente editado, y la combinación entre la parte más serie y la más divertida fue todo un acierto. La imagen de Mercury con la peluca morena y corta, pero sin quitarse el bigote, es ya un auténtico icono de la música. Aunque el videoclip fue elogiado en buena parte del mundo, como la propia canción, dando muestras de esa llamada a la liberación y a acabar con los prejuicios, también hubo mucha polémica por el hecho de que los chicos fueran travestidos.
Repercusión del videoclip
Y es que la MTV, la cadena norteamericana más importante en lo que a música se refiere y casi la inventora del concepto de videoclips, censuró de manera tajante el propio vídeo de I Want To Break Free, por considerarlo poco apropiado. Seguramente sería por el hecho del travestismo de los chicos de la banda, o tal vez por esas insinuantes coreografías que se veían en la parte del teatro. El caso es que el vídeo no se pudo ver en Norteamérica hasta el año 1991, algo que llama muchísimo la atención teniendo en cuenta que otros países tan conservadores como Estados Unidos sí que pusieron el vídeo en sus cadenas.
Como represalia por la censura, el grupo decidió no ir de gira por Estados Unidos para presentar ese trabajo discográfico. El tiempo les ha dado la razón y el vídeo de la canción se ha convertido en uno de los más populares e icónicos de la historia, pura imagen de los 80. Todavía a día de hoy son muchos los que piensan que Mercury fue el causante de la idea del video, y de la propia canción, en la que hablaba sobre su liberación sexual. Sin embargo, como ya hemos comprobado, el cantante no tuvo nada que ver ni con lo uno ni con lo otro, aunque evidentemente, el tema en su voz toma un matiz mucho más interesante.
Uno de los grandes éxitos del grupo
A pesar de la censura en Estados Unidos y algún que otro territorio más por el videoclip, I Want To Break Free se convirtió en uno de los éxitos instantáneos del grupo, una de las canciones que ya no volverían a faltar en sus repertorios. Es sin lugar a dudas uno de sus temas más recordados por el gran público, y además fue tomado como himno no oficial por diversos países en momentos convulsos, como el CNA de Sudáfrica, el partido de Nelson Mandela, que abogaba por el fin del apartheid. La canción siempre ha tenido relación con la libertad, con la ausencia de discriminación, y todavía hoy en día se sigue utilizando con ese mismo fin en muchísimos eventos especiales.