Cuando contraemos matrimonio lo hacemos pensando en estar siempre con la persona que amamos, la que hemos elegido para compartir nuestra vida y formar una familia. El amor es un sentimiento abstracto que, de hecho, va cambiando también con el tiempo y con las circunstancias. Quien diga que ama a una persona de la misma manera que el primer día, después de muchos años juntos, sencillamente está mintiendo. El amor muta hacia el cariño, hacia la estabilidad, perdiéndose tal vez un poco de esa fogosidad que siempre hay al principio, pero cambiándola por una sensación de confianza y seguridad que es la clave para mantenerlo durante mucho tiempo. El amor que se promete en una boda, ante un juez o ante el mismo Dios, es para todos los días de nuestra vida, hasta que la muerte nos separe, como se suele decir. Al menos, eso es lo que se intenta, porque muchas veces la realidad es otra…
Y es que cada vez son más los matrimonios que terminan en divorcio, sobre todo en los primeros años, por incompatibilidad dentro de la pareja, por infidelidades, por haberse perdido ese sentimiento de deseo e ilusión que hacía que todo funcionase en un primer momento… Los divorcios están a la orden del día, pero eso no quita que todavía haya muchos matrimonios que se mantienen fieles a esa idea de quererse para toda la vida. De hecho, las celebraciones de las bodas de oro, que se cumplen a los 50 años de casados, son cada vez más habituales. Sin duda alguna es un logro a celebrar el llevar medio siglo juntos, queriéndose y apoyándose en todo momento. Si estás en esa situación, o tus padres o abuelos están a punto de cumplir con ese aniversario, aquí te dejamos algunas sugerencias interesantes para que la celebración sea todo un éxito, algo íntimo y familiar, pero también por todo lo alto.
Continuar