¿Hasta qué punto es necesario el talento para llegar lejos en el mundo de la música? ¿Necesita un cantante tener una voz prodigiosa para convertirse en un ídolo de masas, o cualquier campaña de marketing puede llevarlo a lo más alto? En una época como la actual, donde cada vez tenemos más acceso a música diferente, e incluso los propios artistas se autoproducen y suben sus canciones a la red, la controversia es máxima. Hay herramientas como el autotune que permiten que cualquiera pueda cantar, aun sin tener nociones de esa habilidad o siquiera de música. El talento del intérprete se pone muchas veces en entredicho, pero lo que siempre queda patente es la calidad de la canción, o la falta de calidad, en algunos casos. El vocalista puede ser el más habilidoso del mundo, pero si el tema no es bueno, todo ese talento estará desperdiciado. Lo mismo ocurre al contrario, con gente que no sabe cantar pero tiene muy buenas canciones.
El punk o el rock son estilos donde tener una buena voz no es tan importante como demostrar actitud y originalidad. En el pop, la perfección por la afinación ha llegado a un punto tan enfermizo que incluso divas como Christina Aguilera o Mariah Carey, capaces de alcanzar notas imposibles, deben afinarse con efectos. La música ha pasado de ser un arte inspirador a un producto prefabricado para vender en masa, pero eso no es algo nuevo. Esto es una industria y lo que buscan los productores y las discográficas es ganar dinero por encima de todo. Por eso cada vez son más los rostros famosos por otro tipo de asuntos que acaban lanzando un single, o incluso comenzando una carrera musical completa. Da igual si sus habilidades armónicas dejan bastante que desear. Lo importante es que atraen a muchos seguidores, generan polémica y consiguen llenar salas y hasta pabellones, por muy cuestionables que sean sus voces. Incluso algunas estrellas del porno han llegado a incursionar en el mundo de la música, tratando de aprovechar su fama en la industria para lanzar proyectos que normalmente no salían muy bien. Uno de los casos más conocidos es el de Lupe Fuentes.
Una latina muy fogosa
Lupe nació en Cali, Colombia, en el año 1987, con el nombre de Zuleidy Piedrahita. Su padre era español y su madre colombiana, así que la chica obtuvo lo mejor de las dos partes del mundo, criándose además en España, entre Canarias y Madrid. Con apenas 18 años conoció al productor de cine porno Pablo Lapiedra, uno de los hombres más importantes de la industria en España. Junto a su hermano, Piedrahita fue uno de los reyes del porno en los años 2000, lanzando al estrellato a muchas chicas como Miriam Sánchez o la propia Zuleidy. Estas pornstars además tomaban el apellido Lapiedra dentro de su nombre artístico, aunque en el caso de Lupe, el productor era también su marido. Fue así como comenzó a rodar escenas para adulto en 2006.
Su carrera como pornstar
La colombiana poseía un cuerpecito delicado, era pequeñita y tenía unas curvas bonitas, pero no demasiado grandes. Esto la convertía en una teen perfecta para rodar escenas pornográficas, porque además poseía una pasión y un descaro increíbles ante la cámara. Su exótica belleza quedaba patente en cada una de sus intervenciones, y la chica entendió que había encontrado su vocación. Rodó bastante en 2006 y 2007 en España, y ese mismo año dio su salto a Estados Unidos, cambiando su nombre de actriz por el de Little Lupe. Fue toda una revolución para el mundo del porno estadounidense, porque en aquella época no había muchas pornstars con las cualidades de Zuleidy.
La chica llegó incluso a aparecer en una película comercial en España, Isi Disi 2: Alto Voltaje, haciendo un cameo en el que aparecía totalmente desnuda. Su éxito al otro lado del Atlántico, aprovechando también el furor que despertaba en Internet, le permitió montar su propia productora en la que trabajó durante algunos años. En 2010, y tras divorciarse de Pablo Lapiedra, Lupe decide retirarse del porno con apenas 23 años, y después de una carrera corta pero muy intensa. Se había operado el pecho y su imagen ya no era la de una inocente lolita, sino la de una latina mucho más exuberante. Dispuesta a cambiar de tercio, la joven decidió embarcarse en nuevos proyectos, apuntando a la música como su principal objetivo, y no por casualidad.
The Ex Girlfriend, su proyecto musical
A finales de la década de los 2000, cuando su etapa en el porno ya estaba apuntando a su fin, Lupe conoció al músico y actor norteamericano Evan Senfield y se casó con él. No duraron mucho como matrimonio, pero aquella relación le permitió sacar también su faceta más musical, la que canalizó a través de una banda llamada The Ex Girlfriend. Lupe estuvo preparándose durante casi dos años para mejorar su canto, su habilidad en el baile, y para ello estudió música y coreografías junto a otras cuatro chicas. Las cinco conformaban una banda completamente femenina, que lanzaría su primer sencillo en noviembre de 2012 bajo el título de We Are The Party.
La canción, muy bailable y divertida, supuso el debut de la banda en la que Lupe figuraba como compositora y vocalista principal. El videoclip, con esencia noventera, se pudo ver en diversos canales televisivos especializados en música, pero lo cierto es que The Ex Girlfriend no obtuvieron mucha repercusión. Tampoco tuvieron demasiado fortuna con su segunda canción, Whatchya Looking At?, que apareció solo unos meses después. El proyecto no terminó de despegar, y la ex actriz porno decidió dar un giro a su carrera musical convirtiéndose en DJ y productora de música electrónica. Actualmente, Lupe sigue dedicándose a crear remixes y lleva a cabo sesiones por toda Latinoamérica, además de contar con su propio podcast, en el que habla también de su etapa como actriz de cine X.
Una vida muy controvertida
Fuentes siempre ha estado metida en el centro del huracán, con polémicas bastante importantes que incluso han estado a punto de llevarla a la cárcel. En varias ocasiones, por su aspecto aniñado, se la ha acusado de haber grabado escenas pornográficas siendo todavía menor de edad. En todas ellas, Fuentes ha defendido que comenzó en el porno cuando ya tenía la mayoría de edad cumplida. También tuvo que enfrentarse a un juicio en Colombia, acusada de reclutar a chicas menores para las películas de su propia productora. La colombiana también salió bien parada de aquella acusación, pero su imagen en Colombia quedó bastante desgastada. Sus películas porno siguen siendo hoy en día una referencia para aquellos que buscan algo diferente a lo que se hace hoy en Internet. Fueron las últimas grandes producciones que se grabaron en España, con medios profesionales como si de cine comercial se tratara. Películas donde Lupe era la absoluta reina y protagonista de la escena, y que son hoy clásicos, como El diario de Zuleidy y Obsesión.